martes, 1 de febrero de 2011

Paisaje.

PAISAJE
Cabrero le da mucha importancia a las componentes paisajísticas y de relación con la naturaleza y el lugar. Por eso al proyectar la casa tiene muy en cuenta el jardín y la sensación espacial, intentando componer el paisaje a partir de diversos elementos: la piscina, los árboles, las diferentes alturas, la orientación, etc.
-Jardín
Cabrero tiene muy en cuenta la vegetación a la hora de componer. En su finca mandó plantar 40 chopos (álamos), 80 cipreses y 7 cedros.












Los álamos son árboles de hoja caduca, altos y habitualmente se utilizan para dar sombra o como cortavientos.










Los cipreses son de hoja perenne y suelen medir 30 metros de altura aproximadamente. Por estas características se emplean como muros vegetales en recintos privados plantándolos en línea para tapar la visibilidad que se pueda tener desde el exterior, aumentando así la privacidad en el interior, así como en la zona de la piscina con respecto al garaje.








Los cedros miden entre 25 y 50 metros de altura y son de hoja perenne con forma de aguja. Es por esto por lo que no sirven de cortavientos, no tapan la visibilidad y dan escasa sombra, su función se reduce a la ornamental.


Así convierte el terreno en un patio arbolado, un jardín propio o mundo privado con el que se evade del exterior. Además situando la piscina en este vergel da una sensación mayor de naturaleza salvaje, como si esta fuese un estanque o un lago natural. Este paisaje privado se orienta al sur para recibir mayor cantidad de luz como si estuviese en plena montaña.
-Sensación espacial
Cabrero juega con la perspectiva para dar la sensación de que la casa es un pedazo de naturaleza aislada de la urbana realidad que le rodea, del mundanal ruido de Madrid.
La casa se va percibiendo de abajo a arriba según se avanza paralelo al lateral donde se sitúa la rampa.
Aprovechando la inclinación del solar juega con las alturas aterrazando el terreno y creando diferentes espacios a cada altura. La pista de tenis esta rehundida respecto al resto de la parcela para hacer creer que desaparece y hacer desaparecer a la vez lo artificial que ella supone. Alrededor de esta se crea un escenario de naturaleza mucho más espontánea que la de la altura superior. En esta especie de bancal se sitúa una naturaleza más reflexionada, compuesta a partir del plano de agua, la piscina,  y algunos árboles y plantas. Elevándonos más llegamos al nivel de la vivienda que es el único lugar desde el que se ve el paisaje completo. Los diferentes escalones que hemos citado hacen que aparezca un horizonte indefinido que choca con la realidad: la finitud del solar.

Fuentes: OTXOTORENA, Juan Miguel; POZO, José Manuel. "Arquitecturas Contemporáneas 3: Modenidad con minúscula: la Casa Cabrero, un hallazgo autodidacta". Pamplona (España): T6 ediciones, 2002.

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